domingo, 12 de septiembre de 2010

Grupo de apoyo para personas que han perdido un ser querido

El miedo no es zonzo



Decimos que el miedo preventivo es un valor en si mismo, porque es aquel mecanismo de defensa que nos previene justamente de las situaciones de peligro, tanto para nuestra vida como la de nuestra salud en general.
Por lo tanto, este miedo preventivo, defensivo, adquiere un alto valor, si le agregamos otros elementos de alta riqueza, como factores educativos que especialmente integren valores que orienten nuestra vida.
La misma ansiedad, como reacción emocional ante la percepción de amenaza o peligro, esta presente toda la vida y, en ocasiones, nos sirve de protección ante posibles peligros.
Aunque el miedo forma parte de la vida diaria, sentir un temor excesivo o inapropiado es el origen de diversos problemas que afectan notablemente la calidad de vida de las personas.
Se presenta como eje central en:
- la ansiedad: miedo desproporcionado por lo que puede ocurrir.
- Las fobias: miedos específicos (llevados al extremo)
- los trastornos obsesivos compulsivos: temor exacerbado a algo y llevar a crear rituales para evitar el objeto temido.
- los trastorno de pánico, con su gran cantidad de síntomas.
- trastorno de estrés postraumático: estado de agitación ante un estimulo que se asemeja a sucesos asociados a un trauma vivido.
Afortunadamente se observa el avance integral de los tratamientos que permite la recuperación total o parcial recuperando la salud, un tesoro que hay que cuidar con responsabilidad.

Documental: Trastorno de ansiedad, Agorafobia, Fobias. (1/5)



La ansiedad es una forma de energía vital. Es condición sine qua non para la supervivencia del individuo y de la especie. Y la supervivencia implica cambios, adecuaciones a todo tipo de condiciones o situaciones, sean previsibles o inesperadas. La posibilidad de adaptarnos a lo nuevo está asegurada por la evaluación automática y permanente de la experiencia almacenada en la memoria (cognitiva o emocional) y el estimulo actual. Se comparan los datos, si hay coincidencia se sigue sin cambios, si los datos presentan alguna asimetría o elemento discordante se revisan y se hacen los ajustes necesarios. Todo esto en tiempos casi imperceptibles. La razón última es mantener la homeostasis o equilibrio de nuestro organismo a través de microregulaciones constantes.
 
La ansiedad o el estrés, son normales, inherentes al individuo. Son adaptativos y funcionales. Sin una cuota de ansiedad los sistemas biológicos no podrían vivir, aprender, reproducirse, proyectarse en el futuro. Sin esa cuota de ansiedad sería imposible sorprendernos, enamorarnos, enojarnos; la vida carecería de interés, valor, sabor. 

Cuando el cerebro percibe un estímulo que valora como amenaza, se dispara de manera refleja una cadena de cambios fisiológicos, cognitivos y conductuales que preparan al sujeto para estas circunstancias: defensa, ataque o huida. Los músculos se tensan, el ritmo cardíaco y respiratorio se aceleran, la mente se vuelve más alerta para poder reaccionar con mayor rapidez. En ese momento tomamos rápidamente la decisión de escapar o enfrentar. Este proceso se denomina respuesta de ansiedad - estrés. El estrés, la ansiedad, es una respuesta adaptativa, asertiva (adecuada) o no, que prepara al cuerpo para la emergencia. Pasado el momento, el organismo vuelve, en la mayoría de los casos, a su estado inicial, basal.

Estos cambios requieren un esfuerzo importante.
De acuerdo a los recursos de que disponga el individuo, los cambios van a ser benignos o no. El individuo debe poder adaptarse y acomodarse a los cambios con flexibilidad y creatividad, intelectual, emocional y conductual.  
  

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más esquiva se vuelve. Pero si pones tu atención en otras cosas, se acerca a tí, y delicadamente, se posa en tu nombre
(Anónimo)

martes, 31 de agosto de 2010

Atreverse

Reir es arriesgarse a parecer un loco.
Sollozar es arriesgarse a parecer sentimental.
Tenderle la mano a otro es correr el riesgo de comprometerse.
Exponer tus ideas y tus sueños ante los demás, es arriesgarste a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Vivir es arriesgarse a morir.
Creer es arriesgarse a fracasar.
Pero debemos arriesgarnos, porque el mayor peligro en la vida es no arriesgar nada.
Quienes no arriegan nada no hacen nada, no tienen nada... Tal vez eviten el sufrimiento y el dolor, pero no pueden aprender, sentir, crecer, amar... ni vivir. Son esclavos encadenados a sus actitudes, han pérdido el derecho a la libertad.
Solo quién arriesga es libre...

viernes, 27 de agosto de 2010

El sentido de la vida..

Éste es el verdadero goce de la vida, ese ser utilizado con un propósito que uno mismo reconoce como importante. Y no un montoncito febril y egoísta de malestares y molestias que se queja de que el mundo no se consagra a hacerlo feliz. Soy de la opinión de que mi vida pertenece a toda la comunidad, y de que mientras vi ...va es mi privilegio hacer por ésta todo lo que pueda. Cuando muera, quiero estar completamente agotado. Pues cuanto más duramente trabajo, más vivo. Gozo de la vida por la vida misma.
Para mi la vida no es una pequeña vela. Es una especie de antorcha espléndida que por el momento sostengo, con fuerza, y quiero que arda con el mayor brillo posible antes de entregarla a las futuras generaciones.

lunes, 9 de agosto de 2010

Desiderata ("cosas deseadas")


“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,
y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.
Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.
Di tu verdad tranquila y claramente;
Y escucha a los demás,
incluso al torpe y al ignorante.
Ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas,
pues son vejaciones para el espíritu.
Si te comparas con los demás,
puedes volverte vanidoso y amargado
porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros, así como de tus planes.
Interésate en tu propia carrera,
por muy humilde que sea;
es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.
Sé cauto en tus negocios,
porque el mundo está lleno de engaños.
Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;
mucha gente lucha por altos ideales
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tu mismo.
Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor,
porque frente a toda aridez y desencanto,
el amor es tan perenne como la hierba.
Acepta con cariño el consejo de los años,
renunciando con elegancia a las cosas de juventud.
Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,
pero no te angusties con fantasías.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Más allá de una sana disciplina,
sé amable contigo mismo.
Eres una criatura del universo,
al igual que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Y, te resulte o no evidente,
sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en paz con Dios,
de cualquier modo que Le concibas,
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantente en paz con tu alma
en la ruidosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,
éste sigue siendo un hermoso mundo.
Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.